
Me sorprendió el hip hop y me interesé por el rap hace ya unos cuanto años, tras descubrir con admiración el talento de personas sencillas, que habían nacido en un barrio cualquiera- como la mayoría de nosotros-, capaces de contar una historia que merecía la pena ser escuchada. Contar historias es borrar la matricula de la vida para olvidar quienes somos y descubrir qué necesitamos. De vez en cuando descubrimos a alguien que nos hace pararlo todo durante un rato; se trata de cierta capacidad evocadora que remueve cosas en tu interior y provoca sensaciones y sentimientos. Es como la sensación de encontrar un pendrive que ni siquiera recuerdas si te pertenece y descubrir algo que no conocías, que habías olvidado o que sencillamente no era para ti. ¿Todo este rollo para hablar de un rapero? Sí, aunque el concepto me parece pobre en su caso. Me refiero a Bejo, un artista canario que sorprende por su capacidad de involucrarte hasta la náusea, tras un par de frases de apariencia inconexa, que realmente expresan un alto nivel de creatividad. Tengo la sensación que es natural en casi todo lo que hace y encarna al cómico, al crítico y al filósofo en uno solo. También tengo la sensación que tendrá seguidores o detractores, sin término medio. Un artista así puede ser carne de puristas a la vez que deleite de curiosos y frikis. En cualquier caso reconozco que disfruto con lo que hace. César Cid