
¿Qué tienen en común Cat Stevens, Bono, DMX, Snoop Dog, Kanye West o Denzel Washington? Además del talento que les caracteriza en sus disciplinas, todos vivieron una conversión religiosa. Cambiaron sus vidas a partir de un encuentro personal con Dios, en diferentes confesiones. Y parece que el hip hop concita un número mayor de experiencias religiosas.

Nuestro protagonista, Miguel Ángel Ramos, podría ser cualquiera de los que nos cruzamos cada día sin mirarnos a la cara. Un hombre sencillo, padre de familia que trabaja cada día para vivir dignamente como la mayoría. Cristiano creyente y practicante. Una persona más entre millones, pensarás. Pero este “Ángel” hace rap profesional, aunque su ayer bordó el tiempo de luz y caridad y sus perfiles de antes, Costello o Ángelo Metralla son historia.
Lo conocí cuando su voz sonaba en la escena y pude compartir con él entrevistas y charlas muy interesantes. Cuatro elepés, directos, colaboraciones y presencia en medios. Sin embargo hoy Coss se ha liberado del ego y la prepotencia natural del hip hop para hacer de su palabra un servicio a su fe y a la sociedad.

Sus letras han dejado de ser combativas. Transmite su experiencia profunda para compartir con todos una mirada humanista y facilitadora. Traspasado por el Amor de Dios, relata sin vergüenza su conversión o “Metanoia”. Motivado por las escrituras sagradas, Coss proyecta la palabra en su nueva cotidianidad, y lo hace con el mismo talento de siempre, cuando sus rimas se alimentaban de mundanidad. Descubre “Puzzle” y disfruta su propuesta musical.
César Cid