¿Es posible viajar sin moverse? Sí. El éxtasis de los místicos, el arrobo que anula todo capricho del ego y eleva el Ser a la conciencia total. El paradigma de la nada que encumbra el alma para no volver a mirar con los ojos de la carne. ¿Será el propio Nach quien aparece, amaestrado el carácter y sus dones de rapero consciente y comprometido? Probablemente no importe… Los Viajes Inmóviles es un disco, un destino – no físico- y un regalo para los aficionados a las palabras cargadas. Una obra transversal, como han sido siempre los buenos libros. Dirigida a cualquier persona, por el simple hecho de serlo, ahora que las relaciones humanas gozan de carácter impersonal. Y algunos dirán que si el rapero que era, que si el artista combativo… Y la mayoría asentirá con gozo, en un ritmo contenido para vestir la voz rasgada de Fornés, en ese quietismo luminoso que hace de la palabra brillo. Valiente porque se arriesga y mucho al realizar el primer disco de Slam – de principio a fin- en España. Imagino a Nach sujetando el ritmo y saboreando las palabras vocal por vocal. Personalmente prefiero ignorar el término y hablar de poesía. Palabras vestidas con ropajes de otro tiempo, literatura sonora para disfrutar sin prisa. Como disfruté a Nach en Versos Prestados (2005), la primera vez que el rap y la poesía se unieron en un escenario para compartir querencias. Gracias Amigo.
César Cid