Es que la ciudad de Madrid y diría que el resto de España, se han rendido a nuevos sonidos- que no movimientos- y en lo que a rap se refiere, poco bueno podemos celebrar. La imagen podría estar congelada y referirse a un concierto de los noventa de la sala Moby Dick: Frank T, Zenit y Artes en el escenario; rap de referencia, sonido cabal, voces de impacto. Sonorizando el gran Zeta, maestro de la liturgia de dos platos. Pero no, se trata de la doble cita que el maestro madrileño organizó para conmemorar dos décadas de sus discos emblemáticos. Reconozco mi tono como algo decepcionado por el apoyo que la música urbana ha recibido durante la última década. Tal carencia es solo una variable más de la situación musical actual que disfrutamos (ironía). ¿Por qué este desierto cultural cuando nos consta que hay cantera de sobra para regenerar el movimiento urbano por excelencia? Ya, todos tenemos algo de responsabilidad. Los invisibles se enfrentan a un poderoso y caprichoso grupúsculo que deciden qué apoyan y qué no. Personalmente me entristece aún más comprobar que el mundo se rinde a productos, a figuras, a simples perfiles, que carecen de talento y ninguna habilidad artística. Yo pongo la C y el punto y tú piensas el resto. 
En cualquier caso me alegra comprobar que Frank T está mejor que nunca, que la experiencia y el talento son dos grados y que es necesario mostrarlo. Lo hizo hace solo unos días para deleite de oídos sensibles y personas agradecidas. No sé si podemos hacer algo para apoyar de nuevo el rap, incluso con sus nuevas apuestas rítmicas. Eso sí, que nadie se lleve las manos a cabeza. Ya en los ochenta el rap en España era híbrido, no hermético. Algo severo con los curiosos. Pero- siempre en mi opinión- merecida severidad. Disfruta el vídeo.
César Cid