
Trabajador y soñador. Modeló su sueños en palabras y unió su voz al proyecto profesional que lo encumbró a lo más alto con 18 años: Dúo Kie. Nunca imaginó que su nombre artístico ocuparía un lugar preferente en la música urbana contemporánea. Locus es Javier Díaz y viceversa, al menos hasta ahora. 20 años después nuestro protagonista emprende aventura en solitario. Mucha atención porque es la hora de “Kraken”. Kraken o El Kraken es un ser marino de la mitología escandinava, que ha devorado cualquier etapa pasada para acercar al Locus Amoenus más sentimental. Es el rtítulo de un nuevo disco que refleja especialmente el estado de ánimo del artista. Escrito desde el corazón y con la tranquilidad de su particular Edén, Locus reúne así lo trazos de su vida y los regala hechos canción.
El sufrimiento y el esfuerzo son los valores que imperan en su vida. Gracias a su gran pasión, el deporte de contacto, aprendió a no rendirse nunca. Con sólo cuatro años comenzó a entrenar en el gimnasio de su padre. A los cinco ya estaba compitiendo. Y con 23 se proclamó campeón de Castilla de Full Contact. En el combate asimiló que: “Primero debes luchar contigo mismo. Vencer tus miedos antes de subirte a un ring o de entrar en un tatami”.
“Era un enamorado del rock sinfónico”
Las lesiones le apartaron de la competición. A partir de ese momento se centró en su otra pasión: la música. “Era un enamorado del rock sinfónico, tocaba la batería”, declara. Pero éste, no será el estilo en el que Locus desarrolle su carrera profesional. La influencia de sus amigos de la infancia marcará su trayectoria. “Mis colegas del barrio eran de Guinea. Y nos íbamos a sitios de funky, hasta que empiezan a caer en nuestras manos discos de rap de finales de los 80”, explica. ‘It Takes a Nation of Millions to Hold Us Back’ de Public Enemy será el LP que descubra su faceta de raper. “Vi una fuerza tremenda. Sin entender las letras me pareció un mundo apasionante. Con tu música puedes mover el poder, quejarte, cagarte en la madre que les parió a todos. Y me pareció un arma tan potente, que me enganchó”, asegura.
Y nació ‘Kraken’
Ser mitológico marino convertido en marca de ropa por el artista. Más tarde daría nombre al nuevo trabajo en solitario de Locus. “El disco ha sido una manera de lloriquearme a mi mismo”, confiesa. Un ejemplo de ello es la canción “Muerte”. El fallecimiento de su abuela se unió en el tiempo con el su amigo, y creó este tema. “ Una noche llegué a casa y me puse a ver el reportaje de Paco de Lucía, y en la parte en la que muere, pusieron la canción ‘No pensar nunca en la muerte’. Me levanté y en 20 minutos estaba escrita la letra”, confirma. Además añade que ese fue el momento en el que tuvo claro el nombre del disco: Kraken.
Destrucción y comienzo
“Me di cuenta de que hay veces en las que una aniquilación total de todo lo que te rodea, te lleva a un comienzo”, expresa. Destruir para empezar de nuevo, una filosofía que esconde el título del disco y que revelan sus canciones. Poco ha quedado en pie de la vida del artista: “Entre 2015 y 2016 pasé muchas penurias y calamidades a nivel personal”, confiesa Locus. Clamaba al cielo buscando alguna explicación: “Llegó un momento en el que miraba al cielo y decía “hijoputa”, cuenta entre risas. Cambió el estrés del empresario, por la ilusión del novato. “No me había dado cuenta de que hasta que punto era el típico tío estresado con negocios, que está todo el día cabreado, pagando factura y comiéndose marrones. Y llegó un punto en el que me planteaba si eso era lo que quería”, asegura. Su premisa hoy: sonreír el tiempo que le quede.
Una terapia de choque para superar la dificultades pasadas. “Esta vez todo o que he escrito lo he hecho partiendo de situaciones reales, de cosas que me han pasado. No era mi intención sacar el disco. Me he encontrado son él casi sin querer”, sostiene. La herramienta perfecta para volver a convertirse en el personaje creado 20 años antes, capaz de superar todos sus miedos.
Carlos Cañil/ Bárbara Cid. Playing Words