Paradox está en el ajo

Paradox está en el ajo

Hace ya unos años que, entre otras labores vinculadas con la música urbana, advertí cierta curiosidad personal por las nuevas voces del underground, específicamente del rap y sus disciplinas afines. Me sorprendo a mí mismo porque nunca imaginé que en España daría tanto de sí, que nunca podríamos estar a la altura de otros países en diversidad musical. Me equivoqué, y es bueno por dos razones: control del ego y gozo del error admitido. Sea. Algunos de aquellos son estrellas incluso del cine y la caja tonta. Me viene como anillo al dedo evaluar cómo han cambiado las cosas en cuanto a las letras del género. Si la corrección política sigue así, probablemente no escucharemos decir caca o culo, incluso si viene a cuento. Ese es otro cantar, aunque muy triste, la verdad.  Viendo lo visto cabe comprobar que el Ministerio de Cultura pueda crear un departamento de censura y propaganda, estilo de otros tiempos de olvido necesario. Voy, que me desvío. La tropa familiar que he malcriado con estas músicas populares me echan en cara tal abandono y me he puesto oídos en la masa, es decir a ello.

Paul Paradox sonó en casa hace ya unos meses y me llamó la atención. Energía, fuerza y pasión desde la modestia reconocida de quien aterriza, sin abandonar el carácter propio del género y su vacile. Ibicenco para el mundo, Paradox sabe lo que quiere y lo demostró en la entrevista y el vídeo con preguntas de las redes. Lo cuenta todo con claridad meridiana y entusiasmo. Desde aquí esperamos buenos frutos musicales y muchos directos. Aprovechamos su visita a Madrid para conocerlo. Y mereció la pena. Juzga tú.

César Cid

 

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