Hace casi una década -¿tanto?- debatíamos la posibilidad que el R’n’B en castellano tuviera futuro, por encima del underground y sin llegar a ser mainstream. Lo discutíamos amigos vinculados al mundo de la música, amantes del soul, del jazz y del rap, desde diferentes perspectivas, preferencias y edades. Personalmente aseguré que tal opción nunca pasaría de la buena intención y defendía que, salvo excepciones, el género debería mantener el inglés como idioma base. Disfrutábamos mucho porque aquellas reuniones nos invitaban a repasar y descubrir voces y sonidos que enriquecieron nuestras vidas con el entusiasmo de un niño. Una de aquellas personas se llamaba- y se llama- Penélope. Bailaba, hacía coros, figuración y todo lo que tuviera lugar en un escenario. Y con auténtica pasión. En un momento dado decidió que quería cantar, mientras se comía el mundo… Hoy, el mundo está encantado con ella, aunque para muchos sea una desconocida – todavía-. Entre tanto se ha preparado con entusiasmo, humildad y mucho, mucho esfuerzo. Doy fe. La misma fe que puse en ella cuando repasábamos canciones de Anita Baker, Randy Crawford y Maysa Leak con su voz. Me considero afortunado por haber vivido todo esto, cuando ahora escucho a Ikah- nuestra Penélope- con Soul Commanders. Siento una especie de emoción y orgullo de hermano mayor o algo así. La formación ha conseguido establecer una línea homogénea de sonidos groovies, con estilo y personalidad. No importa sin son standars, originales o improvisaciones. Suena gordo y lleno, como el funk de los 70, el sonido phily y los toques de Sly en su mejor momento. Hace unos años tuve el honor de escribir los textos promocionales de sus primeros discos. Esas canciones que me inspiraron también han crecido, como ella, pero ahora la artista es muy grande para definirla. Mejor escuchémosla junto a sus compañeros de banda. ¡Gracias Ikah!
César Cid