Anoche celebramos el funeral de Antonio Fernández, periodista musical, comunicador excepcional y mejor amigo. No es necesario recordar su dilatada trayectoria en radio, tv, prensa e internet. A partir de los ’70, Fernández se ocupó de descubrirnos aquellos sonidos que desde distintas disciplinas musicales miraban al jazz de alguna manera. La divulgación y difusión musical fueron su vocaciones más arraigadas, con tintes visionarios sobre movimientos musicales emergentes. Selección 15 y Área Reservada fueron sus grandes marcas, aunque en paralelo y hasta su muerte, no dejó de trabajar (festivales, contenido web, blog, etc.) Evitó usar etiquetas para calificar la música y los estilos.
Sin embargo acuñó una que se ajustaba bien a la música con la que trabajaba: jazz contemporáneo. Gracias a él conocimos el acid jazz, el sonido Philadelfia y a los grupos y artistas que sin definición específica clara, influirían claramente el sonido de los ’80: Hall & Oates, Michael Franks, Steely Dan, Crusaders, Quincy Jones y muchos otros.
Antonio nos regaló miles de horas de su personalísimo estilo. Gozaba de una cabeza estructurada, capaz de ordenar miles de referencias como un disco duro. Un solo de guitarra, un scat perdido, un bajo gordo… Era capaz de reconocer una melodía en cualquiera de sus tramos y lo hacía con la expectación de un niño. Compartimos unos años de trabajo en el primer portal de internet, nacido al amparo de Jazztel: Ya.com. Como la banda ancha era aún un sueño (1999), ofrecíamos los acústicos y entrevistas a las 18.00, coincidiendo con la tarifa plana de los usuarios. Y también en internet fue pionero. Se empeñó en grabar y emitir todos los encuentros con artistas y consiguió sacarle un partido extraordinario. Lamentablemente, las circunstancias impiden poden acceder a ellos hoy, por motivos de cambios definitivos que las empresas de comunicación realizaron con sus servidores. Bill Evans, Chuck Loeb, Maceo Parker, Michael y Randy Brecker, Wolfgang Haffner, Rodger Hodgson (Supertramp) y muchos más nos deleitaron bajo su coordinación. Y disfrutamos muchísimo. Y mucho tiene que ver el trabajo en la sombra de Enfasis Records (hoy Indigo), de la mano de Juan Miguel Ramírez de Cartagena, otra mente privilegiada, apasionado de la música, divulgador independiente desde hace más de cuatro décadas y buen amigo.
Anoche lloramos su pérdida pero cantamos su vida. Como una modesta alabanza, familiares y amigos dimos gracias a Dios por Antonio. El templo acogió las voces de la radio, la caras de la tele y los corazones de quienes vivimos en parte gracias a las canciones que él nos descubrió. Elena, Antonio y Marta han decidido continuar haciendo la vida desde la fórmula Fernández: familia + amigos+ música. Qué más se puede pedir… Su recuerdo será nuestra esperanza. Querido Antonio, la eternidad no se reduce al ámbito de la escatología teológica, como estado espiritual liberado de ataduras espacio temporales. Se fragua desde aquí, gracias a personas como tú, que nos proporcionan recursos vitales, desde los que trascendemos ya esta existencia. Y la música seguirá sonando en nosotros. Y la música seguirá sonando… GRACIAS
César Cid
10/12/2013