Reconozco que lo tenía pendiente. No pude asistir durante el ciclo previsto para el verano, a pesar de las invitaciones reiteradas de buenos amigos, implicados en la producción del musical. El pasado fin de semana Niko y Los Bits volvió al teatro Sanpol de Madrid para dos únicas sesiones. Y lo disfruté. Una historia sencilla que aborda la vida urbana contemporánea con autenticidad y realismo. Andrés Felpeto pone nombre y situación a los anhelos de un grupo de jóvenes inquietos, que protagoniza una historia apasionante. Misteriosamente transportados al interior de una consola Spectrum, Niko y los habitantes (bits) competirán- bailando y cantando- para superar las diferentes pantallas y abandonar el espacio virtual. Felpeto propone una aventura fantástica que evoca los límites del principio de polaridad, que asegura la dualidad del universo: ficción- realidad, bien- mal, verdad- mentira… Los protagonistas se interrogan continuamente sobre lo oportuno de cada situación, irradiando el ambiente de valores universales como la amistad, el amor y el compromiso. Vivir es un combate divertido, pero combate al fin y al cabo. El escenario comparte acting con los visuales, mientras la historia rompe tiempo y espacio a base de ritmos, coreografías y buenas interpretaciones, para congelar el espíritu de los ochenta y “soltarlo” en una calle de un barrio cualquiera de cualquier ciudad. Felpeto demuestra que no es necesario dotarse de grandes medios si hay una historia que contar. Y Niko la tiene. Las dosis de realismo y autenticidad están en cada personaje del musical y en la propia historia, que por cierto no incluye final feliz, como suele suceder en las historias de adolescentes made in usa. Los actores se han curtido en la calle. Una verdad que pinta la escena del color de la vida misma. La producción musical está firmada por Sr. Tcee (Yves Nsombolay), un profesional imprescindible de la escena hip hop, capaz de hacer magia con los beats que emociona ahora con los bits. LAs letras son de Mr. Pincho, artista polifacético que además pone su voz en el musical. Porque emociona comprobar que los sueños son posibles, a pesar de las dificultades propias de la vida. Es necesario salir a buscar los sueños, dar el primer paso junto a las personas que te acompañan en el viaje. Niko y los bits demuestra que la música y el baile son expresiones fundamentales de la cultura, que se forjan desde la necesidad primaria de cada persona. Desde lo que somos.
César Cid
http://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=SLCTTnyBkwI